sexta-feira, fevereiro 29, 2008

A dónde va el FSM o a dónde llevaremos el FSM


Ariel Dacal Díaz
Joel Suárez Rodés
Cuba


Con el proceso de discusión sobre estrategias en el Consejo Internacional se entra en una nueva oportunidad de que el valor de revisión constante de sí mismo, intrínseco del FSM, le permita avanzar cualitativamente. La discusión entorno a este evento/proceso es, a la vez, alentadora y preocupante. Mucho puede depender del resultado de los análisis actuales. De un lado surgen argumentos sobre las tareas que aun le queda por cumplir. De otro lado no se apagan las voces que le anticipan la defunción.

El evento/proceso FSM da cuenta del surgimiento y maduración progresiva de una nueva cultura política basada en la inclusión de sujetos políticos múltiples, la diversidad en condición de igualdad, la democracia cognitiva, entendida en que la comprensión del mundo y la fuente de creación humana exceden ampliamente al saber occidental colonizador (incluso el de izquierda), sin excluirlo.

El FSM no creó esos valores, estos resultan de un acumulado de varias centurias en la búsqueda de la emancipación de los oprimidos, que desborda con creces el intenso siglo XX. Pero es precisamente este evento/proceso el que permitió visualizar las magnitudes de ese acumulado, ofrecer espacio para su re-creación y apropiación por miles de seres humanos, cuando parecía que todo quedaría en los oscuros fosos de olvido donde la dominación imperialista quiere ocultar cualquier modo de su contrario.

Es ahí donde vemos el fundamento más sólido de la idea/consenso de que el FSM representa hoy, en términos de proceso, la expresión más innovadora de la globalización de un sentido contrahegemónico y que muestra señales nada desdeñables de una potencial superación civilizatoria. Siendo así, si el FSM no existiera sería urgente inventar algo que, al menos, cumpla su función visualizadora y de ámbito de encuentro y celebración para la articulación.

Encaminar lo que se tiene
¿Podrá el FSM contribuir a que los valores que entraña se expandan y corporeicen de manera sistemática y sistémica en otro mundo posible sin concretar caminos claros, objetivos precisos, estrategias y tácticas vinculantes? ¿Que necesita el FSM para que toda su potencialidad no quede en el baúl histórico de las buenas intensiones sin realizar? El centro del cuestionamiento se concreta en ¿qué futuro se le quiere dar al foro? La respuesta a esta entraña mucha responsabilidad para los miembros del Consejo Internacional.
Una constante en las valoraciones sobre el FSM afirma que este es un espacio facilitador de la articulaciones de diversas luchas en todo el mundo. En ese sentido pueden entenderse las innovaciones metodológicas que han tendido a la descentralización del evento mundial, lo que tuvo en el reciente Día de Acción Global su expresión más significativa y con resultados alentadores si se piensan y recrean los límites y oportunidades de su implementación.

Como parte de la redefinición de las estrategias futuras pudiera asumirse una mayor intencionalidad en el sentido articulador del proceso del FSM y una mayor eficacia de sus eventos al servicio de este. Para ello es preciso que no se asume al FSM como un fin en si mismo y que el vínculo con su tiempo histórico no se reduzca a mero referente retórico.

La pregunta de si el FSM ha agotado su capacidad como un referente para las organizaciones sociales de todo el mundo debe ser la principal variable política evaluativa que marque los signos vitales del mismo. El dilema entonces sería ¿a quién se parece el evento/proceso, a sí mismo o las luchas contra todas las formas de dominación del capital a cuyo servicio pretender estar?

No es ocioso retomar para este análisis la tensión en la que Josu Egireun pone asunto, referida a que el FSM, que surge como resultado de las luchas precedentes contra el orden neoliberal con el reto de fortalecer el movimiento, devora las energías, tiempos y recursos que se precisan para combatir ese orden, y esto hace que se abra una grieta con los sectores más activos del movimiento.

Lo anterior exigiría un diálogo serio y responsable entre los movimientos globales, los espacio de coordinación y facilitación del FSM y de los foros regionales, subregionales, temáticos y nacionales. De esta manera se podría armonizar cronológicamente sus eventos al interior de este proceso. La respuesta en el sentido de servicio a las luchas puede ser concretada en el siguiente ciclo: un año se celebra una Jornada de Movilización y Acción Global, coordinada, interconectada, autogestionada y descentralizada. En el segundo año se encuentren las luchas y organizaciones regionales, subregionales y temáticas. En el tercer año se produce un encuentro global alimentado por los resultados previos.

Este diseño propiciaría una mayor centralidad y dedicación a las luchas mismas y el FSM demostraría su capacidad real como espacio y proceso para la articulación y coordinación entre iniciativas muy diferentes y dispersas. Además, estaría ante el desafío de buscar un mecanismo de mayor o mejor inclusión de representantes de las luchas sociales en el Consejo Internacional (CI) del FSM.

Si la función de articulación parece ser central para la buena salud del FSM, lo que permitiría resolver al mismo tiempo metodológica y políticamente la relación evento/proceso, debemos dar tiempos, energías y recursos para enraizar el FSM en las luchas nacionales y regionales concretas como lo han hecho foros regionales, subregionales, nacionales y temáticos y más recientemente, el Día de Movilización y Acción Global. Visto así, la periodicidad trienal propuesta estaría efectivamente al servicio de las luchas a las que el evento mundial propicia que se encuentren, se visualicen y se festejen.

Al trabajar en esa dirección se atacarían dos de las tensiones presentes en todo este proceso: de un lado se atenuaría la disparidad de lo alcanzado hacia dentro del FSM (evento) y lo alcanzado hacia afuera (proceso) y por otro, se buscaría que el CI se parezca cada vez más a la diversidad de luchas y actores que puede englobar el proceso del FSM.

Una demanda latente es lograr espacios dentro del FSM para combinar la “metodología” de autoorganización, con toda la horizontalidad y respeto a la diversidad que exige y, a la vez, organizar algunos puntos de encuentro sobre temas que contribuyan a visualizar los rasgos comunes de las diferentes luchas y propuestas alternativas como base imprescindible para ganar en articulaciones más productivas.

En relación con lo anterior, el FSM ha logrado un levantamiento de información impresionante sobre los más diversos asuntos, con una gran carga de denuncias concretas a las aristas diversas de la dominación imperialista. Falta entonces el espacio que permita constatar, desde todo ese acumulado, la integralidad de esa dominación múltiple y de las alternativas que se le oponen desde las luchas.

Otras cuestiones asumidas con poca intensidad en intercambios comunes apuntan la discusión hacia: el vínculo entre gobiernos con agenda progresista y los movimientos sociales; el problema del poder político y su rol en los cambios para realizar ese otro mundo posible; la sistemática criminalización de las protesta sociales en los cuatro puntos cardinales. Frente a estos y otros asuntos, ¿deberá el FSM asumir o no el diseño de una estrategia global de lucha común contra el enemigo global?
Cassen ha destacado que en todas partes del mundo, los ciudadanos aspiran a cambios radicales. Si los Foros no son el lugar donde se elaboran y donde los socios de su aplicación se encuentran, otras estructuras lo harán en su lugar. No necesariamente esta debe ser la función del FSM, pero si esos “nuevos modos de organización global de la resistencia y la transformación”, se generan “por fuera del FSM” si nos corresponde preguntarnos ¿como este se pudiera poner eficazmente al servicio de los mismos?

El FSM, en la nueva cultura política que quiere enraizar y expandir debe privilegiar una política de cooperación inter-movimientos; el desarrollo de una visión integradora del poder y la opresión, y la conciencia intensificada de la necesidad de confrontar el capitalismo global con un anticapitalismo global. Este último aspecto da luces sobre un tópico subyacente en los debates sobre el FSM, aunque no asumido por el momento en toda su crudeza: ante el sacrificio extremo de los seres humanos y la naturaleza, el calentamiento global, el cambio climático, la mercantilización de los bienes comunes, el racismo, la exclusión y el patriarcado ¿Es posible realizar el otro mundo posible dentro de los límites de la lógica sacrificial del capitalismo? Belem do Para, en enero de 2009, ofrece un escenario oportuno para este debate.

Apoyado en una idea destacada por Buenaventura de Sousa, la contribución del FSM que afianza sus posibilidades históricas está en asumir como sentido la entronización de sus contribuciones en los movimientos sociales en todo el mundo, y particularmente en aquellos involucrados en las luchas más avanzadas.

¿No pudiera ser la búsqueda de esa interiorización un objetivo estratégico para los años venideros del proceso del FSM? ¿No sería posible intensionar la polinización política de esos valores y no contentarse a los probables arraigos espontáneos? Si desde las instancias facilitadoras del FSM no se trabaja estratégicamente para esta interiorización en los actores sociales del mundo, el FSM habrá perdido una preciosa oportunidad de aportación a las luchas globales.

Concretando las ideas aquí presentadas, de lo que se trata es de lograr que el FSM sea un proceso interconectado y en permanente retroalimentación que tenga como centralidad su expansión y enraizamiento para favorecer las articulaciones y visualización de las luchas contra el capitalismo global. Este proceso debe generar de manera creciente, que millares de seres humanos participen y comulguen con los valores y la cultura política que el FSM ha contribuido a emerger. Y no es concentrando, como expresáramos en los consensos registrados en la reunión del CI en Parma, que se logra. Asumamos el desafío de distribuir ecuménicamente nuestras energías, tiempos y recursos entre los eventos, —y estos colocados allí los más cerca posible donde están las gentes—, y las luchas, las resistencias y las movilizaciones.

Sem comentários: