sexta-feira, julho 30, 2010

Haití, seis meses después del terremoto

Haití,
seis meses después del terremoto: la falta de solución de la CIRH*


(*Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití)

La tierra tembló el 12 de enero pasado, ocasionando un impresionante y doloroso cortejo de devastación, destrucción, lagrimas y pérdidas irreparables. La situación de los derechos de la persona, seis meses después, es alarmante. Sin embargo, pareciera que las estructuras de dominación no sufrieron la más mínima sacudida. Al contrario, esas estructuras de nuestra sociedad, caracterizadas por la exclusión brutal de la mayoría y por una violencia estructural contra las masas populares, parecen reforzarse. Lo que implica la agravación y aceleración de la pauperización, aumentando la dependencia y confirmando la decadencia colectiva.

Parece que algunos de los actores externos más poderosos rentabilizaron muy bien la crisis post terremoto para colocarnos bajo una tutela casi total, mientras que los responsables haitianos no movieron un sólo dedo. La situación vivida por la población haitiana, traumatizada por el terremoto, es aún totalmente inaceptable. Más del 80% de las 1.6 millones de personas que están viviendo en campamentos improvisados padecen situaciones angustiantes y precarias, caracterizadas por la ausencia total de seguridad alimentaria: cada día su supervivencia se ve amenazada por los vientos, el calor, las enfermedades, las lluvias, la probabilidad de llegada de un ciclón y la falta de acceso a servicios esenciales, principalmente a la educación y la salud. Lo más doloroso es que no solamente su bienestar físico está en peligro, sino que las autoridades no ofrecen ninguna perspectiva de soluciones convincentes a mediano y largo plazo. Los habitantes de los campamentos improvisados no saben cuánto tiempo más va a durar ese calvario, ni si terminará en 1, en 5 ó en 10 años. Además, el odio y el desprecio social son crecientes contra esta multitud de "nuevos marginales", que a menudo son tildados de criminales o "aprovechados", cuando en realidad son víctimas de toda clase de discriminación y segregación.

El Gobierno actual puso en marcha un Plan de Acción para la Recuperación y el Desarrollo Nacional (PARDN), presentado y adoptado en Nueva York el 31 de marzo del 2010 sin ninguna concertación seria con los demás actores nacionales. Este plan retoma las mismas políticas que el país ya se había comprometido y no ofrece ninguna solución convincente para salir de la crisis. La refundación, en sus dimensiones territorial, económica, social e institucional, no tiene chances de materializarse bajo esas condiciones de políticas neoliberales, estructuras excluyentes y consolidación de la puesta de nuestro país bajo la tutela extranjera.

El mecanismo de la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH) es antidemocrático y equivale a los funerales oficiales de las instituciones estatales. En efecto, por el mandato otorgado a la CIRH de "garantizar la coordinación y el despliegue eficaz de recursos" y de "poner en marcha un Plan de Desarrollo para Haití", este nuevo órgano sustituye claramente al Poder Ejecutivo. Las referencias a asuntos como "eficacia", "transparencia" y "responsabilización", son acusaciones explícitas contra los dirigentes actuales que reconocieron, al firmar este documento, su incompetencia para asumir el mandato que les fue conferido en las urnas. Rara vez se vio un suicidio político tan espectacular. El Poder Ejecutivo haitiano y la mayoría de nuestros parlamentarios decidieron condenar a nuestro país a la inestabilidad y la indignidad.

La CIRH se parece a las delegaciones enviadas por los colonos franceses antes de 1804 y es una copia del "tesorero general" nombrado por la ocupación americana en 1915 para administrar las finanzas públicas de nuestro país. La CIRH reivindica "la incapacidad de los haitianos para dirigir su país", proclamada por el discurso colonial y neocolonial durante los últimos 206 años. Viene a complementar el dispositivo implementado en 2004 y constituido por la Fuerza Multinacional Interina (FMI), en febrero de 2004 y por la MINUSTAH, en junio de 2004. Con la erradicación completa de nuestros espacios de soberanía, la CIRH le da el toque final al dispositivo de ocupación y administración internacional. Es llamativo volver a leer hoy los mismos argumentos utilizados para justificar la ocupación militar de 1915. Un informe oficial de 1909, dirigido al Departamento de Estado y firmado por H.W. Furniss, afirmaba: «Después de haber vivido casi 3 años en Haití y de haber realizado un estudio minucioso de las personas y del gobierno, llegué a la conclusión de que, en el marco del sistema actual, es imposible tener un buen gobierno dirigido por haitianos. En vista de la información recogida durante mis viajes de ciudad en ciudad a lo largo de todo el país, estoy convencido de que, a pesar de ser uno de los países del Trópico más ricos en recursos naturales, Haití no puede desarrollarse y llegar a ser una nación apacible y próspera, sin cambiar por completo el sistema de gobierno, lo cual necesitaría del apoyo moral y material de una nación más poderosa (los Estados Unidos), pues un cambio así no podría ser logrado por los haitianos solos».

Las decisiones tomadas en 1915 son, en parte, las causantes del naufragio actual de nuestro país. La ocupación militar de 1915 no trajo consigo la paz ni la prosperidad prometida. La ocupación militar estadounidense agravó la crisis estructural de comienzos del siglo XX tal y como la CIRH va a agravar la crisis actual, acelerando el desplome nacional.

Lo que se intenta es transformar nuestro país en una sociedad dirigida por los representantes del Banco Mundial, que ya demostraron su completa incompetencia en materia de políticas de desarrollo. Un país como Cuba, que mantiene con Haití programas notables de cooperación, sobretodo en el campo de la salud pública desde 1998, no está invitado a participar del club de "prestamistas" que encabezan la CIRH. Y los representantes haitianos son en su mayoría designados por el Poder Ejecutivo sin haber recibido un mandato claro por parte de los sectores que supuestamente representan.

¿Cuáles son los mecanismos democráticos que determinaron quienes serian los representantes del Parlamento, del sector privado, de la diáspora, del sector sindical y de las ONGs nacionales? ¿Por qué el sector campesino, que representa más del 60% de la población, no tiene un lugar en la CIRH? ¿Cuándo se realizaron las reuniones que determinaron la selección de los representantes?
El carácter grosero y de caricatura de este proceso nos muestra que sólo se trata de una gran farsa que va en contra de cualquier espíritu democrático y que debería causarnos gracia, si el destino de nuestro país no estuviera en juego. Eso que se llama "Comunidad Internacional" está imponiendo un mecanismo totalmente antidemocrático y contrario a las Leyes haitianas y a la Constitución de 1987, adicionando todos los ingredientes necesarios para la agravación de la crisis política e institucional. El apoyo incondicional de las Naciones Unidas al proceso electoral dirigido por el CEP actual pone en evidencia una extraña ceguera.

La CIRH se conformó el 31 de marzo del 2010 y se formalizó con las "Leyes Villanas" adoptadas por el Parlamento haitiano el 16 de abril pasado, pero hasta el día de hoy no es operativa. La CIRH tendrá su segunda reunión el próximo 17 de agosto y aún no ha designado un director ejecutivo. Sólo Noruega, Brasil y Estonia han enviado una parte de los fondos prometidos en Nueva York, lo que representa el 1,5% del total de dinero prometido en la ONU. ¿De quién se están burlando? Seis meses después del terremoto, y aún en situación de urgencia, el órgano designado para encabezar el proceso de "reconstrucción/refundación" no ha sido capaz de organizar dos reuniones. Según informaciones creíbles, la pelea por el control de los 9.900 millones de dólares prometidos está al rojo vivo. El dispositivo aplicado garantizaría que el 85% de los fondos recaudados se gasten beneficiando a las empresas transnacionales americanas. Esta información explicaría la reticencia mostrada por otros prestamistas, principalmente europeos y canadienses. Cada país estaría intentando imponer que sus empresas se aprovechen de la "reconstrucción de Haití", como si fueran buitres. No hace falta llamar la atención sobre el escándalo que constituyen estas negociaciones si se piensa en el nivel de precariedad en el que viven diariamente las víctimas del terremoto y el conjunto de las clases populares en nuestro país.

Denunciamos que la CIRH es un instrumento que busca dar el toque final al proceso de recolonización de nuestro país. La CIRH es también la crónica de un fracaso anunciado. ¿Quién puede tomar en serio un órgano con tantas responsabilidades a su cargo, que organizó un fiasco de reunión en Punta Cana y dos meses después ni siquiera ha logrado organizar su segunda reunión?

Convocamos a que rechacen fuertemente este camino tomado por el gobierno de Haití y por los imperialistas. Pongámonos a trabajar en una construcción alternativa basada en un proceso autentico de liberación nacional.

PAPDA Haití


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JUBILEO SUR/AMERICAS
secretaría regional a/c PACS
Políticas Alternativas para el Cono Sur
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