Que la pluma sea también una espada y que su filo corte el oscuro muro por el que habrá de colarse el mañana [Subcomandante Marcos]
sábado, outubro 27, 2007
FSM 2009: LA AMAZONÍA NOS CONVOCA
FSM 2009: LA AMAZONÍA NOS CONVOCA A RENOVAR NUESTRO COMPROMISO PARA OUTRO MUNDO POSIBLE
FASE
Octubre 2007-10-22
El Foro Social Mundial es "un espacio abierto de encuentro para la profundización de la reflexión, el debate democrático de ideas, la formulación de propuestas, el intercambio libre de experiencias y la articulación para acciones eficaces, de entidades y movimientos de la sociedad civil que se oponen al neoliberalismo y al dominio del mundo por parte del capital o de cualquier forma de imperialismo y están empeñadas en la construcción de una sociedad planetaria orientada a una relación fecunda entre los seres humanos y de éstos con la Tierra"1. La elección de la Amazonía para la realización en 2009 del FSM tiene todo para hacer honor ala Carta de Principios del Foro.
Por tener una presencia de más de 40 años en la Amazonía brasileña, Fase – Solidariedad y Educación – tiene la certeza de que el FSM será enriquecedor para los habitantes de la Amazonía y para todos los que comparten la búsqueda de proyectos para el presente y el futuro de la región. Pero también, está convencida de que todos/as los/as participantes del proceso que llevará al FSM 2009 y del propio Encuentro saldrán de Belém con una comprensión renovada de las alternativas necesarias para el mundo y con mayor fortaleza en su construcción, pues creemos que la Amazonía tiene algo que decirle al mundo y al FSM.
La Lucha por una Amazonía sustentable, solidaria y democrática cuenta ya con las fuerzas de un conjunto amplio de movimientos sociales, asociaciones, cooperativas y organizaciones de la sociedad civil. Mencionamos, en el caso de Brasil, la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB), el Grupo de Trabajo Amazónico (GTA), el Consejo Nacional de los Trabajadores del Caucho – Seringueiros (CNS), las Federaciones de Trabajadores y Trabajadoras de la Agricultura Familiar (FETRAF’s), el Movimiento Nacional de lo Pescadores (MONAPE), la Vía Campesina (con el MST, el CPT y otros), el Movimiento Interestadual de las Mujeres Partidoras de Coco Babaçu, los movimientos populares urbanos, de mujeres, de quilombolas (N.T: remanentes de quilombos, antiguas comunidades autónomas de esclavos fugitivos) , las ONGs, pastorales sociales, etc. La casi titalidad de estas organizaciones y movimientos sociales está articulada en redes y foros, como la Articulación Nacional de Agroecología (ANA-Amazonía), el Foro de ka Amazonía Oriental (FAOR), el Foro de la Amazonía Occidental (FAOC), el Foro Marogrosense de Medio Ambiente y Desarrollo – FORMAD, el Foro de Mujeres de Amazonía Paraense (FMAP), el Foro Nacional de Reforma Urbana (FNRU), los Foros Estaduales de Economía Solidaria, la Asociación Brasileña de Organizaciones No Gubernamentales (ABONG-Amazonía). Todas estas fuerzas, al mismo tiempo que muestran la gran diversidad, la pluralidad y la vitalidad organizativas, saben dialogar, tratan de unirse y construyen alternativas de futuro con justicia socioambiental, que contemplen tanto las aspiraciones de cada sector como refuercen una visión y un destino comunes.
Esta multiplicidad de organizaciones refleja una población y un territorio muy diversificados. Áreas de conservación integral, selvas nacionales, áreas de uso sustentable, reservas extractivas forestales y marinas, tierras indígenas, asentamientos, áreas de colonización, tierras de quilombos, áreas forestales de gestión sustentable, innumerables áreas de tenencia antigua por parte de ribereños y agrorecolectores, tenencias de pequeños productores migrantes de las últimas décadas; lagos, igarapés, ríos y paranás (N.T: pequeños brazos de ríos) manejados por ribereños; regiones metropolitanas, pequeñas y medianas ciudades, aglomeraciones urbanas nacidas alrededor de grandes emprendimientos, ciudades garimpeiras, ciudades ribereñas, agrovillas. La población amazónica, mujeres, hombres y jóvenes, en particular los pueblos indígenas y las poblaciones tradicionales (quilombolas, ribereños y pescadores tradicionales, seringueiros, recolectores de castañas y de esencias forestales, mujeres partidoras de coco babaçu, etc.) representa una riqueza cultural enorme y un patrimonio incalculable para Brasil. No tienen que ser vistos como supervivencia del pasado, pues se adaptan continuamente y, de serles propiciadas las condiciones para ello, están totalmente aptos para ser artífices centrales de la construcción de un proyecto amazónico. Tampoco pueden ser vistos sin la conexión con las ciudades amazónicas. La proximidad y la falta de sensibilidad de la mayor parte de los/as habitantes de las ciudades amazónicas con su entorno todavía es grave.
Frente a la acelerada desaparición de la biodiversidad y a la crisis climática que ya empieza a provocar situaciones de injusticia climáticas que afectan principalmente a los más pobres, la Amazonía aparece como una de las últimas regiones del planeta todavía relativamente preservadas, preciada tanto para el mantenimiento de la biodiversidad como por el papel que desempeña, positivo, si la selva se conserva, y negativo, si es destruida y quemada, sobre el régimen de lluvia continental y en el clima continental y mundial. En este sentido, ella debe ser comprendida como algo indispensable a la vida de la humanidad y, por ende, su preservación, así como la garantía de la calidad de vida de sus poblaciones, se constituyen en un desafío no solamente de los brasileños/as, sino también del conjunto de los pueblos del planeta.
En torno al destino de la Amazonía se entabla una de las batallas más importantes entre los países ricos y los países del sur, en una guerra en laque se decidirá el precio que recaerá sobre cada país, en la distribución de los costos de la crisis ambiental y de los cambios catastróficos del clima mundial. Los Estados más poderosos, que tienen patrones de producción y de consumo insostenibles, disponiendo de enormes recursos financieros, tecnológicos y militares, en nombre de un bien común, no renunciarán a la pretensión de controlar la Amazonía. Intentan reproducir, a expensas de nuestros países, lo actuales patrones insostenibles de existencia y las prácticas de quinientos años de expropiación de las riquezas y recursos energéticos de los países de América del Sur.
Sin embargo, tanto los países que componen la cuenca amazónica como sus pueblos indígenas, sus poblaciones tradicionales y todos los que viven en la región desde hace décadas, cientos o miles de años, rechazan cualquier ingerencia externa sobre la Amazonía. La resistencia de los pueblos indígenas y poblaciones tradicionales está fundada en su convicción de que son ellos los que han cuidado la selva y su biodiversidad hasta el día de hoy y que, sin ellos, o siendo ellos excluidos o marginados, la selva, los cerrados (N.T: savanas brasileñas) y las aguas desaparecerán o se empobrecerán. Ellos nos están diciendo que pueblos y formas de vida que eran considerados, desde la óptica del llamado desarrollo, como atrasados o meros testimonios del pasado, tienen algo que decir sobre nuestro futuro. Ellos cuestionana el sentido de ese desarrollo, qué es riqueza y qué es pobreza. Por su gran diversidad, por las múltiples forma de manejo de sus recursos naturales y las formas diversas como entienden su futuro, por la multiplicidad y la creatividad de las alternativas que se están elaborando y ya probando, ellos nos dicen que el futuro no está en un único desarrollo, fallido, sino en múltiples formas de vida y de sociedad.
En nombre del desarrollo, del progreso y del empleo, la cuenca amazónica se está abriendo a la saña de la destrucción. Carreteras, poliductos, líneas de transmisión de energía eléctrica ya cruzan la región o están siendo proyectados para llevas las riquezas de nuestros territorios a los mercados mundiales. Se acelera la construcción de represas hidroeléctricas, la explotación del petróleo y del gas, de la minería, de la madera, de otros productos forestales y de las aguas; la ganadería, los cultivos de la soja y de materia prima para agrocombustibles (además de soja, caña de azúcar, palma y eucaliptos); agroindustrias, siderúrgicas y usinas de aluminio. Se trata de imponer la idea de que la minoría debe sacrificarse para el progreso general, y que el medioambiente no puede frenar el desarrollo. Es más: los que destruyen conjuntamente el medioambiente, la biodiversidad y la sociodiversidad, acabando con los rublos y poblaciones locales, en el afán de conservar sus merados, se abogan el título de campeones del desarrollo sustentable, a partir de una masiva propaganda publicitaria. La Amazonía nos invita a desenmascarar la ideología del desarrollo.
1. Carta de Princípios del FSM, 2001.
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