Por Roberto Savio
*
Roma, 27
ene - Los ricos y los poderosos que se encuentran cada año en el Foro Económico
Mundial (FEM), en esta ocasión se reunieron en un estado de ánimo sombrío. No
sólo porque el día que se encontraron cerca de U$ 8 billones desaparecieron de
los mercados mundiales de renta variable por una "corrección", sino también
porque ningún líder podía estar de
excelente estado de ánimo.
La canciller alemana Ángela Merkel está perdiendo
terreno debido a la manera como manejó la crisis de los refugiados. El
presidente francés François Hollande se enfrenta a un descenso en las
encuestas, lo que favorece a Marine Le Pen. El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy prácticamente perdió las
elecciones. El Presidente del Consejo de Italia, Matteo Renzi se enfrenta a una
grave crisis del sistema bancario italiano, lo que podría destruir la tercera
economía de Europa.
Unido a esto, los líderes de China, Brasil, India,
Nigeria y otras economías de los "países emergentes", como se les llama en la
jerga económica, están atravesando una desaceleración económica grave, que
afecta también a las economías del Norte. La ausencia de los presidentes
de Brasil y China fue un signo revelador.
Sin
embargo este último Davos quedará en la historia del FEM como el mejor ejemplo
de la creciente desconexión entre las élites y los ciudadanos.
El tema del Foro fue "Cómo dominar la cuarta
revolución", la tesis de que el
ingeniero y economista alemán Klaus Schwab, fundador y CEO de Davos, expone en
un libro publicado pocas semanas antes. La teoría consiste en que estamos
frente a una fusión de todas las tecnologías, lo que cambiará por completo el
sistema de producción y trabajo.
La
Primera Revolución Industrial a comienzos del siglo XIX, fue la de sustituir
fuerza humana por las máquinas. Luego, al final de ese siglo apareció la Segunda
Revolución Industrial, que fue combinar la ciencia con la industria, cambiando
totalmente el sistema de producción. Luego, a mediados del siglo pasado, en la era de las computadoras, lo digital se consagra como la tercera
revolución industrial. Según
Schwalb, ahora estamos entrando en la Cuarta Revolución Industrial (CRI), donde
los trabajadores serán sustituidos por robots y por la
mecanización.
Durante la Conferencia, el banco suizo UBS
distribuyó un estudio en el que se
sostiene que la Cuarta Revolución "beneficiará a quienes tienen más". Es
decir, el rico será todavía más rico. Es importante para los profanos saber que
el dinero que va a los súper ricos, no se imprime especialmente para ellos. En
otras palabras, es el dinero que ha sido sustraído de los bolsillos de la
gente...
Davos ha
provocado reacciones notables: la primera aparece en 1991 con la fundación del
Foro Social Mundial (FSM), donde
40.000 activistas sociales se congregan para denunciar como ilegítima la reunión
de los ricos y poderosos en Davos, que otorga a la élite una plataforma para la
toma decisiones, sin ningún mandato de los ciudadanos y principalmente con el
propósito de proteger sus intereses.
El FSM declaró que "otro mundo
es posible", en oposición al Consenso de Washington, formulado por el FMI, el
Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Tal Consenso declaró que, dado que el capitalismo
triunfó sobre el comunismo, el camino a seguir era desmantelar al Estado tanto
como sea posible, privatizar, reducir los costos sociales que son por
definición, improductivos y eliminar cualquier barrera al libre mercado.
El
problema fue que, para evitar el contagio político, las reglas del FSM
establecían la reducción de los Foros de debate interno y el intercambio entre
los participantes, sin la capacidad para actuar en las instituciones políticas.
Es en 2001 que Davos sí tuvo que
tomar en cuenta Porto Alegre, una alternativa peligrosa; fuera de su radar
...
En el último Davos, el FSM no
era un punto de referencia. Pero lo
fue el otro actor, la organización internacional de ayuda Oxfam, que en cada FEM
, ha presentando un informe sobre la Riqueza
Mundial.
Esos
informes han ido documentando la rapidez de la obscena concentración de la
riqueza, al punto de crear un mundo de desigualdad no conocido desde la primera
revolución industrial.
En 2010,
388 individuos poseían la misma riqueza de 3,6 millones de personas, la mitad de
la humanidad. En 2014, tan sólo 80
personas tuvieron ingresos equivalentes a los de 3.8 mil millones de personas. En 2015,
el número se reduce a 62 individuos. La concentración de la riqueza está en aceleración. En su informe de 2015,
Oxfam predice que la riqueza del 1% irá a superar al resto de la población en
el año 2016: de hecho, esto se alcanzó en un plazo de diez meses. Hace veinte
años, los súper ricos del 1% poseían el equivalente a los bienes del 62% de la
población mundial.
Por tanto, hubiera sido lógico esperar que
los que dirigen el mundo, si
observaran los fenómenos sin precedentes de una desigualdad en rápido
crecimiento, habrían conectado el informe de Oxfam con el de UBS y considerado
el nuevo e inmenso desafío que enfrenta el actual sistema económico y político.
También porque el FIR prevé la
eliminación gradual de los trabajadores cualquiera que sea su función, para que
pueda ser ocupada por las máquinas. Según Schwalb, el uso de robots en la
producción pasará del actual 12% a 55% en 2050. Obviamente, esto causará
un desempleo dramático, en una sociedad donde la de protección social ya está en
brusco descenso...
En cambio, el FEM en gran medida pasó por alto el problema
de la desigualdad, haciéndose eco del nivel actual de falta de interés en las
instituciones políticas. Estamos bien adelantados en la campaña presidencial
estadounidense, y si no fuera por un candidato, el senador Demócrata Bernard
"Bernie" Sanders, el asunto habría sido ignorado o dejado de lado por los otros
14 candidatos.
Tampoco hay ninguna referencia a la desigualdad en
el debate político europeo o bien,
solo al margen de las declaraciones rituales. Los refugiados son
ahora una cuestión mucho más urgente. Es un signo de los tiempos que las
instituciones financieras, como el FMI y el Banco Mundial, están muy por delante
de las instituciones políticas, con
la divulgación de una serie de estudios sobre cómo la desigualdad es un lastre
para el desarrollo económico y cómo su efecto social tiene un impacto muy
negativo en los temas cruciales de la democracia y la
participación.
La ONU ha hecho de la desigualdad en un tema
central. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de las Naciones
Unidas para América Latina (CEPAL), también ha publicado a tiempo para
Davos, un informe muy preocupante
sobre el estancamiento en el que la región está entrando e identificando el tema
de la desigualdad como un problema urgente.
Pero junto a la desigualdad, también el tema tan
crucial como el del cambio climático, fue en gran medida ignorado. Todo
esto a pesar de que los participantes en la Conferencia de París sobre el Cambio
Climático, reconocieron que los compromisos tomados por todos los países harán descender la temperatura de no más de 3,7
grados, cuando un objetivo seguro sería 1,5 grados. A pesar de este muy peligroso fracaso, los líderes
en París hicieron muchas declaraciones esperanzadoras, afirmando que la solución
provendrá del desarrollo tecnológico
impulsado por los mercados. Por lo tanto, hubiera sido lógico
pensar, que en un gran encuentro de titanes tecnológicos con líderes políticos,
la cuestión del cambio climático debería haber sido una prioridad
clara.
Por
lo tanto, pongámonos de acuerdo sobre la lección de Davos. Los ricos y
poderosos contaban con todos los datos necesarios para centrarse en los
problemas existenciales para el planeta y sus habitantes.
Sin embargo, no lo hicieron. Este es un
fuerte ejemplo de la desconexión entre la preocupación de los ciudadanos y sus
élites. El sistema político y financiero es cada vez más auto referente, pero
también está rápidamente perdiendo legitimidad a los ojos de muchas personas.
Candidatos alternativos como Donald Trump en EE.UU , Matteo Salvini en
Italia, o gobiernos como los de Hungría y Polonia, nunca habrían sido posibles
sin un malestar masivo. Lo que está creciendo cada vez más en el
escenario es la propia democracia... ¿Estamos entrando en una etapa de Weimar
mundial?
*Periodista italo-argentino.
Co-fundador y ex Director General de Inter Press Service (IPS). En los últimos
años también fundó Other News, un servicio que proporciona “información que los
mercados eliminan”. Other News . En español: http://www.other-news.info/noticias/ En inglés:
http://www.other-net.info/
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