quinta-feira, novembro 22, 2007

Conferência da ONU sobre alterações climáticas


Entre 13 e 15 de Dezembro vai ter lugar em Bali (Indonésia) uma Conferência das Nações Unidas dedicada às alterações climáticas.

Um grupo de cidadãs e cidadãos do mundo resolveu lançar um apelo à Cimeira, sob a forma de uma "carta aberta", onde um conjunto de medidas são inventariadas como contributo às alterações aos actuais modos de produzir e de consumir sem as quais não será possível um mundo sustentável.

Os seus promotores convidam-nos a subscrevê-la, devendo neste caso enviar o seu nome e o da respectiva associação para:

Victor Menotti
International Forum on Globalization
Email: vmenotti@ifg.org
Skype: victormenotti
www.ifg.org


Un llamado a Negociaciones para Acelerar la Transición Energética y Económica Global.
Lo que debe alcanzarse en Bali


Noviembre de 2007

Nosotros, los abajo firmantes, pedimos a los gobiernos, a las empresas, a la sociedad civil y a las demás instituciones que fijan las reglas de nuestras economías para encabezar un cambio sistémico para estabilizar nuestro clima mundial mediante el despliegue de una transición económica y energética.

La reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bali, Indonesia, de diciembre 13 y 14, se propone llegar a un acuerdo sobre un mandato para negociar un marco que culmine con éxito la primera fase del Protocolo de Kyoto que finaliza en 2012. Celebramos el firme llamamiento del Sr. Ban Ki Moon's Secretario General de la ONU, durante la reunión de alto nivel reunidos en Nueva York el 24 de septiembre de 2007, alentando a los dirigentes mundiales a iniciar negociaciones sobre un futuro marco multilateral Ampliado.

Bali debe iniciar la vía hacia nuevos acuerdos mundiales que reconozcan y operen dentro de los límites de nuestro planeta y compartan equitativamente su espacio ecológico. Nuestra preocupación es que el alcance y la escala de las propuestas que se debaten subestiman peligrosamente los retos que enfrentamos y están lejos de abordar las causas subyacentes de la actual crisis climática.

Apoyamos el objetivo de crear objetivos vinculantes más profundo para reducir las emisiones de gases de invernadero de al menos 80 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el 2050, en promedio, con soluciones que pongan una mayor carga del ajuste sobre los países más ricos, y los segmentos más ricos dentro de todas las naciones. Alcanzar estos objetivos implica acciones dinámicas en todos los niveles de nuestras sociedades, encabezados por los compromisos de los países ricos de reducir las emisiones mediante el aumento de la eficiencia energética y la reducción global de la utilización de la energía ("la reducción", mientras que, al mismo tiempo, permitir a las naciones más pobres superar el modelo sucio de desarrollo de los países ricos para que éste sea equitativo y sostenible. Reducciones adecuadas y equitativas de las emisiones requieren un reordenamiento de las prioridades y de la transformación de casi todos los aspectos de la manera en que vivimos. Hoy la situación es desesperada; para una visión más completa de las múltiples dimensiones de la crisis que enfrentamos, además de un esbozo de las medidas correctivas necesarias, véase "Manifiesto on Global Economic Transitions" (septiembre 2007, disponible en www.ifg.org)

Para reducir el consumo general y mejorar los niveles de vida de los pobres, no podemos llegar a donde tenemos que estar dentro de 40 años mediante el actual uso de los modelos de desarrollo, de las mediciones del crecimiento económico, con las hoy obsoletas normas que rigen el comercio, la transferencia de tecnología, la inversión, y las finanzas. Es esencial la coherencia entre las políticas de los planos nacional e internacional para cualquier esfuerzo multilateral significativo. Se requiere la actuación inmediata y urgente dentro de las instituciones existentes, pero también tenemos que volver a pensar y transformar la gobernabilidad mundial. Son necesarios nuevos instrumentos internacionales.

Para crear un verdadero cambio transformador de la economía mundial pedimos a los gobiernos incluir en el próximo Mandato de Bali, un programa de trabajo para reescribir las tan necesarias normas, incentivos, e instituciones con el fin de transitar de nuestros pueblos, ciudades, países y el mundo, hacia economías socialmente justas y ecológicamente amigables.

Esta vía paralela de las conversaciones debe reconocer que los problemas ambientales del planeta son multi-dimensionales e inter-conectados. En su núcleo se involucran los problemas del caos climático, el fin de la energía barata, la acelerada extinción de especies, el colapso del agua dulce, de la pesca, de los bosques y otros recursos naturales vitales, así como de los ecosistemas. La solución para cada uno debe de dar solución para todos. Estos cambios deberían tratar de redefinir el desarrollo, y abandonar el crecimiento económico como un objetivo primordial. También deben reducir drásticamente el consumo de energía y de otros recursos, los materiales, y de materias primas, sobre todo entre las naciones industrializadas del norte. Los incentivos para la conservación y reubicación de los ciclos de propiedad, producción y consumo son la vía de más rápida, más barata y el medio más eficaz para "la reducción". Apoyamos los movimientos hacia la subsidiariedad, que traslada en la mayor medida posible, el poder de la gobernabilidad mundial y nacional hacia las economías locales, especialmente la energía y los sistemas alimentarios.

Además de los representantes nacionales, en esta vía de negociaciones se deberían involucrar la participación de funcionarios locales, dirigentes de movimientos sociales, líderes indígenas, e innovadores y creadores de nuevas ideas sobre transición hacia energía renovable y sostenible de la silvicultura y la agricultura. En la modificación de las instituciones internacionales se pueden crear espacio a políticas de apoyo a las iniciativas surgidas de la base y ayudar a darles mayor visibilidad a las medidas innovadoras que ya se han adoptado a nivel local (como es el caso de los "pueblos en transición", que han reducido rápidamente las necesidades y los suministros de energía; las múltiples innovaciones de las "Ciudades verdes" que están haciendo sociedades urbanas sostenibles; el Movimiento Cinturón Verde (Greenbelt Movement) de Kenya, que combina empoderamiento de la mujer con programas de plantación de árboles; las prácticas de agricultura sostenible que están siendo socavadas por las actuales normas y regimenes de comercio internacional; innovaciones jurídicas que dan a las comunidades el control sobre sus recursos naturales); En el plano nacional (por ejemplo, los impuestos sobre el carbono, tasa verdes fronterizas, y otros programas para transformar el uso de la energía), y a nivel global (como la nueva Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, y los más de 200 acuerdos multilaterales sobre medio ambiente).

Un Mandato de Bali sobre Transición Energética y económica Global puede establecer un nuevo proceso de negociación para resolver las crisis ecológicas inter-relacionadas que se acaban de enumerar. Entre los elementos esenciales de una nueva arquitectura de la gobernabilidad económica y energética mundial se incluyen los siguientes: [1]

  • Articular y aplicar nuevos modelos de desarrollo que no den prioridad al crecimiento económico per se, sino a la satisfacción de los derechos humanos básicos y a las necesidades humanas básicas de todos (como la supervivencia, la suficiencia, la libertad, la identidad). Estas necesidades humanas básicas son necesarias para una verdadera felicidad y bienestar humana, necesaria tanto en los países industrializados, como en las naciones en desarrollo. Para ello se requiere una reorientación de las prioridades de la política en todos los niveles de gobierno.


  • Sustituir el Producto Interno Bruto (PIB), hoy en día el principal indicador del bienestar económico, por nuevos indicadores económicos que midan un progreso significativo hacia economías diseñadas para permanecer dentro de la capacidad de carga de la tierra. La crisis del clima y otras crisis ecológicas sistémicas nos obligan a volver a establecer el centro de orientación de la política económica en un curso que mejore tanto los niveles de vida como la conservación de las riquezas naturales. Los gobiernos deben fortalecer los debates acerca de las medidas indicativas que toman en cuenta la riqueza natural y la salud de la población, como el llamado Indicador de Progreso Genuino (Genuine Progress Indicador-GPI).


  • Crear instituciones globales de comercio y finanzas a fin de que su misión básica sea apoyar estas transiciones en forma equitativa y democrática. [2] Con el Banco Mundial se ha financiado 15 veces más a los combustibles fósiles que a la energía limpia, y la Organización Mundial del Comercio ha declarado que las medidas que los gobiernos están a punto de promulgar para contrarrestar el cambio climático podrían violar los acuerdos de su jurisdicción, el Mandato de Bali debe tener como objetivo formular recomendaciones para una política económica mundial que garantice la coherencia entre el clima y la seguridad ecológica general. Estas adaptaciones deben abordar ante todo las reglas del comercio mundial actual sobre: 1)la propiedad intelectual que hacen que sea muy difícil la transferencia de tecnologías de energía limpia a los países más pobres de manera asequible; 2) las prohibiciones que restringen a que los gobiernos a promulgar medidas sobre clima, como las normas de eficiencia energética o de apoyo a Programas de energía sostenible, y 3) la agricultura, que hacen que sea difícil para los pequeños agricultores de países en desarrollo sobrevivir ante la agroindustria insostenible y subvencionada de los países ricos. Las instituciones financieras internacionales deben modificar sus propias pautas de financiamiento, cambiar de los combustibles fósiles a la energía limpia.


  • Crear un Mecanismo de Financiamiento Mundial que permita a las naciones económicamente pobres, pero ricas en recursos el mantener sus bosques y su diversidad biológica intacta, y sus combustibles fósiles bajo la tierra, sin sacrificar su propio desarrollo ecológicamente sostenible (como el Ecuador ha ofrecido recientemente a hacer con 20 por ciento de su Petróleo).


  • Crear un Fondo Global de Energía Limpia que genere finanzas a partir de las naciones ricas y de los ricos en todos los países (a través de la cancelación de la deuda, las tasas de frontera verde, o de las tasas sobre el comercio de armas, o de tasas sobre las transacciones financieras especulativas transfronterizas) para ayudar a las naciones más pobres sobrepasar las vías industriales sucias de las naciones más ricas. Es urgente que las fórmulas eficaces para estas transferencias se conciban con éxito, negociando, acordándose y aplicándose lo más pronto posible, antes de que las emergencias climáticas y de los recursos queden realmente fuera de control. Muchas organizaciones ya están trabajando en ello. Todas las fuentes de energía alternativas y las tecnologías deben ser evaluadas por sus efectos sistémicos en la atmósfera, la biodiversidad, el agua, el suelo, y los derechos humanos universales, a fin de ayudar a la opinión pública y los gobiernos a decidir mejor entre falsas soluciones y alternativas verdaderamente sostenibles de la estabilidad climática. La internalización de los costos sociales y ecológicos serán guía de solución ecológica que transformen los patrones actuales de producción y consumo, la sustitución del comercio a gran distancia y ausencia de dominio con la descentralización de la actividad económica bajo el control de la comunidad.


  • Adoptar un Protocolo de Agotamiento Petrolero, que establezca un marco para la producción y consumo de petróleo de las naciones para reducir la producción y las importaciones para hacer frente al agotamiento mundial de las reservas de petróleo (como ya están haciendo algunos países como Suecia, Islandia, Cuba y algunos otros). Tenemos que reducir la demanda mundial de energía. Como los informes recientes sobre la demanda de energía galopante dejan claro, el mundo necesita una dieta de choque para frenar su consumo total de energía o se enfrenta a una catástrofe ecológica y a violentos conflictos por recursos. La capacidad de carga del planeta debe ser medida y controlada colectivamente, de acuerdo con un programa que reduzca el exceso de consumo y la redistribución de los recursos reales y la riqueza a los más pobres, a la vez que toma medidas significativas para frenar el crecimiento de la población y facilite el avance económico, educativo, y los derechos reproductivos de la mujer. Las proyecciones de las necesidades de energía son innecesariamente elevadas y podemos cerrar la brecha reduciéndola y volver a la localización de los ciclos de producción y consumo, encabezados por los países industrializados.


  • Adoptar un Pacto de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Agua, que cada vez la oferta será más reducida debido a la aceleración de los cambios climáticos y las arraigadas pautas insostenibles de desarrollo insostenible, para aclarar el papel de los gobiernos para proporcionar limpio, agua asequible a todos los ciudadanos. Las Naciones Unidas deben reconocer el agua como un bien común ecológico y obligue a los gobiernos a tomar medidas enérgicas para garantizar su conservación, calidad y equidad.


  • Fortalecer el sistema general de los acuerdos ambientales multilaterales (AAM) de las Naciones Unidas para proteger los bosques, la pesca, la biodiversidad, los ecosistemas frágiles, y las especies en peligro. Los recursos adecuados para la aplicación y el cumplimiento de la Convención sobre Diversidad Biológica, la Convención sobre el Derecho del Mar, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, y muchos otros deben ser garantizados. Además, se debe clarificar la relación jurídica entre el medio ambiente, que en ocasiones pueden restringir el comercio, y la OMC, que por lo general prohíbe las restricciones sobre el comercio, para establecer una clara jerarquía de valores públicos teniendo como prioridad a las personas y al planeta antes que los beneficios de las empresas privadas.


Así como la Organización Internacional del Trabajo, uno de los más antiguos órganos mundiales, incluye a representantes de los gobiernos, de la mano de obra, y de la empresa, para ser eficaz en estas nuevas negociaciones deben participar todos los sectores de la sociedad.

Llamamos a los gobiernos reunidos en Bali acelerar una Transición Global Energética y Económica.

Firman :

1.John Cavanagh, Institute for Policy Studies
2.Jerry Mander, International Forum on Globalization
3.Debi Barker, International Forum on Globalization
4.Maude Barlow, Council of Canadians
5.Walden Bello, Focus on the Global South
6.Nicola Bullard, Focus on the Global South
7.Tony Clarke, Polaris Institute
8.Randy Hayes, International Forum on Globalization
9.Richard Heinberg, author, The Oil Depletion Protocol
10.David Korten, author, The Great Turning
11.Sara Larrain, Chilean Ecological Action Network (RENACE)
12.Caroline Lucas, UK representative, European Parliament
13.Nadia Martinez, Institute for Policy Studies
14.Victor Menotti, International Forum on Globalization
15.Helena Norberg-Hodge, International Society for Ecology and Culture
16.Simon Retallack, climate change author and campaigner
17.Wolfgang Sachs, Wuppertal Institute for Climate, Environment, and Energy
18.Jack Santa Barbara, Sustainable Scale Project
19.Victoria Tauli-Corpuz, Tebtebba Foundation
20.Alejandro Villamar, Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio- RMALC

[1] Estas propuestas fueron presentadas en el documento del Institute for Policy Studies y del International Forum on Globalization denominado : “Steps Towards a Global Grand Bargain.”

[2] Ninguna de las actuales instituciones como, el Banco Mundial, el FMI, la OMC y sus contrapartes regionales, se crearon para hacer frente a estas crisis ambientales. De hecho, las acciones y la jurisdicción de los actuales organismos económicos mundiales frecuentemente socavan las metas ambientales.

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