Lo que está ocurriendo estos días en Barcelona, además de un atropello a la ciudadanía, es una muestra de lo que suponen los servicios públicos privatizados en manos de compañías cuyo único interés son los dividendos y no el satisfacer un derecho de consumidores y consumidoras, que además pagan el servicio.
Endesa es una muestra más de lo que afirmamos, casualmente los mismos días en que barrios enteros de la ciudad de Barcelona quedan sin luz eléctrica, ellos dan a la prensa unos beneficios de unos 1500 millones de euros. Sangrante paradoja. No contentos con esto culpan a la Administración Pública de su desaguisado, falta de previsión y de mantenimiento.
Siendo cierto que la eléctrica es principal culpable, no lo es menos que los gobiernos de turno no controlan ni cumplen con sus obligaciones de vigilar a aquellos que prestan el servicio público y encima hacen pingues negocios con él.
Hay por tanto una responsabilidad política innegable. Desde ATTAC llevamos unos años desgañitándonos en denunciar, pero también en explicar, que la privatización de los ss.pp. solo conduce precisamente a lo que ahora todo y todas contemplamos y/o sufrimos.
La política, ha perdido terreno frente a las grandes compañías ya sean estas financieras, industriales o de servicios. Éstas empresas tienen más poder real que los gobiernos en una gran parte, porque éstos están inmersos en políticas liberales y han cedido sus competencias al sector privado. Los partidos políticos, en su inmensa mayoría , han apoyado y producido legislaciones desreguladoras que solo perjudican a la ciudadanía y la entregan en manos del mercado puro y duro, al dejar sin ninguna vigilancia ni control democrático los negocios con los servicios de interés público.
Surgen pues, al albur de estas políticas liberales, unas agencias estatales y autonómicas de control, que en manos de burócratas de elite y "expertos" liberales, ni controlan ni creen en la necesidad de hacerlo. De ahí todo lo que esta ocurriendo.
Durante estos últimos años hemos sufrido una ofensiva neoliberal y liberal que ha estado convenciendo a los gobiernos y a los partidos, y lo que es peor, a grandes grupos de ciudadanos y ciudadanas, de que lo bueno era lo privado, que el Estado era algo obsoleto e incapaz de ofrecer con eficacia los servicios que la ciudadana demanda. Se olvidaba así, que de esta forma, el escaso control democrático que se puede ejercer sobre los servicios públicos se pierde, quedando todo a la lógica del mercado, es decir al libre albedrío de los grandes grupos económicos que controlan el tinglado.
Los socialdemócratas, o neo-socialdemócratas, han tenido una grandísima responsabilidad en todo esto, sucumbiendo todas las poderosísimas alas derecha de sus partidos a la más pura ideología liberal.
La Unión Europea ha hecho igualmente de la liberalización su bandera, en su afán de convertir Europa en un gran mercado y lo que es peor a través de su apoyo a las políticas de la Organización Mundial del Comercio, que están impulsando la privatización de todos los servicios públicos en el Mundo.
Los resultados de estas privatizaciones y desregulaciones comienzan a estar ya claros, desde los apagones de Barcelona, pero también de Andalucía o de Madrid, al agua más cara que la coca cola en Nairobi; o la desaparición de los sistemas de salud pública en África, la ruina de una Argentina privatizada por Carlos Menem o la desastrosa situación de los ferrocarriles británicos; serían algunos de los ejemplos.
Es por todo esto por lo que desde ATTAC estamos impulsando la lucha contra el AGCS y contra las políticas neoliberales, porque estamos a favor de las políticas publicas ciudadanas y sociales en función de intereses generales y no del bien privado y sus intereses lucrativos.
Encima, las eléctricas privadas exigen fondos públicos al Gobierno Español y subidas de tarifas a los ciudadanos. Creo que ahora es un buen momento pedagógico para explicar a todos y todas que las privatizaciones son negativas y ahora, cuando en Barcelona (que parece una ciudad sitiada con soldados en las calles o generadores públicos móviles dando servicio al tiempo que solucionan y contaminan el ya contaminado espacio urbano) todo revienta, se mira al Ayuntamiento o al Estado para que solucione el gran fallo, que es solo culpa de la codicia empresarial y de la irresponsable falta de control político que sobre las intocables eléctricas, han creado.
Nuevamente a algún sesudo experto liberal, asesor de gobiernos y bancos a la vez, estos párrafos le parecerán demagogia, en ese caso le invito a él y al ultraderechista Sr. Pizarro a dormir sin aire acondicionado junto a un generador del ejercito en un barrio barcelonés.
Tampoco pueden aparecer ahora los defensores de las doctrinas liberales a exigir responsabilidades, porque ese es el mundo que ellos defienden.
La ciudadanía debe organizarse y tomar conciencia de que se esta construyendo a su alrededor un montaje que ellos y ellas no controlan y que solo puede frenar su movilización activa en la calle, e intelectual, porque otros están demasiado hipotecados como para enfrentarse a las grandes compañías.
Llamamos finalmente al Ayuntamiento de Barcelona a sumarse activamente a la lucha contra el AGCS (Acuerdo General del Comercio de los Servicios) de la OMC, al igual que más de 800 Ayuntamientos del mundo conscientes de que la privatización de servicios y competencias municipales, es negativa sin paliativos para los y las habitantes de las ciudades.
* Carlos Martínez. Vice-coordinador de ATTAC España
Disponibilizado na lista da ATTAC Portugal por José Marques dos Santos.
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